10 consejos de gestión del tiempo para enfermeras

En el trabajo de enfermería, para la enfermera principiante, la gestión del tiempo puede parecer una habilidad difícil de alcanzar. Incluso las que tienen años de experiencia y son expertas en la gestión de su tiempo tienen días malos.

Para empezar, hay que ser realista sobre lo que se puede conseguir en un turno. Aquí tienes 10 consejos que te ayudarán a gestionar tu tiempo.

Llegar temprano

Incluso si te das cinco o diez minutos más, tendrás la oportunidad de asentarte y hacer un balance de la atmósfera de la sala durante el turno. Si dispone de más tiempo, podrá leer los mensajes, ver dónde se le ha asignado y organizar las tareas de antemano para preparar su plan de cuidados.

Toma notas: haz listas

Anota las cosas si te funciona. Cualquier forma que utilices para anotar tus pacientes y/o actividades para el turno te ayudará a guiar tu turno y ver qué hay que hacer y cuándo. A algunas personas les gusta anotar todos los nombres de sus pacientes junto con los cuidados específicos que requiere cada uno de ellos y cuándo. Esto podría incluir requisitos ambulatorios y dietéticos o necesidades o peticiones específicas de los pacientes.

Priorizar

Utiliza tu propia fórmula, ya sea marcando o asignando tareas a determinadas horas o marcando con un asterisco o resaltando aquellas actividades que deben realizarse durante el turno o en momentos concretos, por ejemplo, un vendaje de una herida, antibióticos por vía intravenosa, un preoperatorio para una cirugía.

Pregúntate a ti mismo:

  • ¿Qué voy a hacer primero y por qué?
  • ¿Qué es más importante hacer y por qué?
  • ¿Qué ocurrirá si esta tarea no se realiza ahora o durante este turno?
  • ¿Qué es lo más importante para el paciente?

Identifica las tareas más urgentes e importantes y procura hacerlas primero en caso de que surjan imprevistos.

Tener en cuenta los imprevistos

Sea flexible. Deterioros repentinos, muertes, ingresos… la imprevisibilidad de la enfermería requiere adaptabilidad y flexibilidad. Deja tiempo para los imprevistos: visitas de los médicos, consultas de los familiares, enfermedad de un miembro del personal.

Organízate

Intenta mantener tu zona de trabajo o tus cubículos ordenados; intenta guardar el equipo después de usarlo o devolverlo a su sitio. No puedes gestionar bien tu tiempo si pierdes tiempo buscando cosas. Te ayudará a sentirte en control de tu espacio y a evitar peligros. Cumpla con su horario siempre que sea posible. La experiencia también permite al personal de enfermería anticiparse a sus necesidades y ahorrar tiempo en viajes innecesarios de ida y vuelta para conseguir material, por ejemplo para preparar un procedimiento.

Sea eficiente y haga las cosas bien

No tome atajos ni adivine. Si tiene que tomarse un par de minutos más para volver a comprobar las notas del paciente o algo de lo que no está seguro, hágalo. Las consecuencias de un evento adverso pueden ser más que el tiempo extra.

Del mismo modo, cuando escriba las notas o las entregue, sea conciso y detallado, pero evite la palabrería o los chismes. Saber qué hay que incluir y qué se puede omitir requiere práctica.

Aprenda a delegar

Si trabajas en pareja o en equipo con personal sanitario o estudiantes, asigna tareas adecuadas al nivel de conocimientos que te permitan completar lo que necesitas y a la vez supervisar. Asegúrate de delegar la tarea correcta en la persona adecuada. Mantén abiertos los canales de comunicación para que, por ejemplo, si se realizan observaciones clínicas, se te comunique cualquier irregularidad o compruebes cuándo se ha completado la tarea o los gráficos de equilibrio de fluidos están actualizados.

Aprenda a decir «no».

Algunas cosas tienen que esperar. Si tienes a los acompañantes esperando para llevar a alguien a un procedimiento y un colega te pide revisar un DD. Si sabes que no es urgente, aprende a decir que no y no te sientas mal. Evita las tareas que no están en tu lista a no ser que se hayan convertido en una prioridad o se trate de una petición o necesidad específica de un paciente.

Tómate un respiro

A veces, lo mejor que puedes hacer es tomarte unos minutos para reevaluar en qué punto te encuentras y priorizar lo que hay que hacer a continuación. No se puede pensar con claridad en medio de la confusión. Entra en la sala de tratamiento, recoge tus pensamientos y concéntrate en lo que hay que hacer a continuación y durante el resto del turno.

Por muy ajetreado que sea el turno, ve al baño y haz las pausas para comer. Necesitas combustible para recargarte y completar tu turno con eficacia.

No te compliques

A nadie le gusta entregar el trabajo que podría haber hecho. En la enfermería siempre habrá trabajo sin terminar, y el hecho de que hayas priorizado lo mejor posible suele ser subjetivo. El apoyo emocional que has prestado a un paciente puede ser más importante que la cura diaria de una herida que no has hecho. Las tareas son importantes, pero recuerda las necesidades de tu paciente y que está bien ser un defensor de ti mismo además de tu paciente.

La gestión del tiempo requiere práctica. Reflexiona sobre lo que ha funcionado bien y lo que no al final de tu turno y por qué. A veces las cosas están fuera de tu control, pero puedes identificar áreas de mejora y cómo puedes hacerlo.